La Autoestima empieza en casa, no con elogios sino con RESPETO.
Respetando sus sentimientos y sus necesidades.
A veces nos pensamos que elogiando continuamente nuestr@ hij@, niet@, sobrin@, … les haremos más felices y que aumentaremos su autoestima.
Aunque quizás no es del todo así, hoy os dejo con una re-flexión, simplemente dejárosla sentir y tomar lo que os aporte y dejar ir lo que no….
– Hoy estaba en el parque infantil con mi hija y mi madre, feliz de poder celebrar un día en familia y como siempre reflexionando sobre como nuestra actuación afecta a l@s pequeñ@s.
Y ha pasado algo muy común, mi hija ha ido a coger un juguete de otra niña, y la niña no quería y ha protestado, de inmediato su mamá le ha dicho que tiene que compartir y que le deje el juguete, la niña lo ha hecho y enfadada se ha ido a jugar a otro sitio. Mi hija se ha quedado un rato en “Stand by/Pausa” observando, ha dejado el objeto y se ha ido a jugar a otro sitio.
¿Que ha pasado aquí?
Desde mi punto de vista, claro que quiero que los niños y niñas sean generosos, ¡Evidentemente! Pero soy realista que vivimos en un mundo capitalista y antes de pedir a los niños que lo den todo yo tendría que hacerlo y yo no lo hago. Le doy algunas cosas, pero no todas, así que pedirlo a los niños me parece una absurdidad y una gran incoherencia. Creo que la educación es por mimetismo, ellos nos copian a nosotros y pedirles que hagan algo que nosotros no hacemos ni por asomo es una tontería que les causa más mal que bien.
Además, cualquier conflicto que pueda surgir, sea entre adultos o niñ@s es una gran oportunidad para aprender y negarles esa experiencia con nuestra intromisión no les estamos haciendo ningún favor.
En ese momento que se encuentran las dos niñas con sus necesidades es un momento donde ellas han de experimentar, probar, equivocarse, y en última instancia los adultos mediar si la cosa se pone demasiado tensa (con violencia o agresividad) pero hay un momento de expresión de emociones, interactuación, movimientos que ellos están comunicando que es esencial que experimenten.
Sino, les estamos creando la falsa realidad que cuando tengan un problema vendrá un adulto angelito a salvarles y no siempre será así, es importante que aprendan a poner límites, a pedir lo que necesitan y a defenderse.
Los adultos estamos allí para contener y vigilar que no haya peligro, ¡No para que no haya contacto, o que todo el contacto sea sólo felicidad y harmonía!
Lo que yo he observado es que con ese «inofensivo» comentario «has de dejar tus juguetes» estoy invalidando su sentimiento de propiedad, un sentimiento legítimo visto en el mundo en que vivimos. Y lo que le estoy transmitiendo es que su sentimiento es incorrecto y el correcto es el que yo te digo «generosidad», tu te estas comportando incorrectamente yo correctamente. Lo tuyo malo lo mío bueno.
El instinto primordial de los niños es la supervivencia y para eso necesitan los adultos así que «obedecerán» ciegamente. Y muchos aprenderán a satisfacer nuestras necesidades, olvidándose de las suyas. Obedecerán nuestra verdad y se olvidarán de la suya.
Y cuando son tan pequeños están tan conectados con su verdadera esencia, con la naturaleza, con LA VERDAD que es una pena decirles que están mal, que lo que sienten es erróneo porque allí empieza su desconexión. Allí empieza su falta de autoestima, su falta de confianza en ellos mismos, perderán el respeto de sus propias necesidades (ya que aprendieron desde pequeños que no eran buenas).
Lo que yo siento esta mal, lo que sientes tú esta bien.
En cambio, si valoramos desde el principio y respetamos sus emociones y necesidades estamos creyendo en ellos, estamos valorando por lo que realmente son. No que si bailan bien, dibujan, … cosas de segunda, no, valoremos y respetemos las emociones que es lo más importante!
No estoy diciendo de que hagan lo que quieran, cómo y donde quieran, sino como actuamos nosotros, los adultos en estas situaciones, si lo hacemos desde la comprensión y el respeto por sus emociones y simplemente les acompañamos en que las puedan expresar de una forma sana o si por el contrario, invalidamos sus sentimientos y necesidades cambiándolos por los que nosotros creemos son buenos.
Estoy hablando de nuestra actitud, no de la suya.
A propósito, os recomiendo encarecidamente este artículo sobre los elogios y cómo pueden destruir la autoestima infantil.
P.D: Una resolución posible de las miles que podrían haber sería «entiendo y respeto que no quieras dejar tus juguetes. entonces no los traeremos o traeremos sólo los que sí quieras compartir»
Y para llevarlo un tema a la Educación Sexual, cuando un niño se toca o se acaricia los genitales hay quién dice «niño no toques» (= tu necesidad de placer no es buena) o decirle «cuando nos tocamos o acariciamos nuestra vulva o pene lo hacemos a solas, en la intimidad. Igual cuando vamos desnudos. Y también hay quién no dice nada.
Os invito a re-flexionar sobre cómo nos educaron y cómo deseamos acompañar a nuestros pequeños.
¡Bona nit!
Escrito por:
Carla Trepat Casanovas, Investigadora de la Sabiduría Femenina y creadora del libro “El tesoro de Lilith, un cuento sobre la sexualidad, el placer y el ciclo menstrual”.