Para aprender a hablar se empieza haciendo ruidos sin sentido, para aprender a andar gateamos, resbalamos, nos caemos.
Para aprender a tener una sexualidad sana lo primordial es experimentar, igual que lo hacemos con todas las otras habilidades. Experimentar con nuestro cuerpo y también con el de los otrxs niñxs. Pues la sexualidad es un término amplio y abarca la sexualidad con nosotrxs mismxs y con los demás. Por eso, si queremos que nuestrxs hijxs tengan una sexualidad sana debemos permitir su experimentación sexual, ahora veamos cómo:
Juego y respeto: La experimentación sexual, tal y cómo lo viven lxs niñxs es un juego más, y como cualquier otro juego es vital que todos los involucrados estén a gusto. Por eso, que haya una mirada adulta sin inmiscuirse pero a la vez atenta a cualquier conflicto es muy interesante, ya que les proporciona una protección y a la vez el permiso para experimentar en un ambiente seguro.
Edad: Otro tema a tener en cuenta es las edades de las personas que están haciendo los juegos sexuales, los pequeños con los pequeños, los medianos con los medianos, y los grandes con los grandes.
Objetos: También hemos de tener cuidado que no se introduzcan objetos en los agujeros. Igual que no nos los ponemos en la boca, no los ponemos en el ano ni en la vagina.
¿Dónde? A veces algunxs niñxs se tocan mientras estamos comiendo, o en el bus, supermercado, … igual que ir desnudo sólo lo hacemos en casa (o en la playa), acariciarnos y hacer los juegos sexuales los hacemos en casa también. A veces me han comentado que hay niñxs que se tocan cuando hay visitas, y cómo puede ser desagradable para las visitas pues le dicen «niñx no te toques» (el clásico). El tema no está en tocarse o no tocarse, sino dónde y cuando.
Como padres y madres, es nuestro deber enseñarle a encontrar estos espacios para experimentar su cuerpo y su placer. Si tiene ganas de tocarse y hay personas alrededor que no se sienten cómodas puede ir a su habitación, igual con escuchar música o ver una película, los espacios comunes hay unas normas cómunes, y los espacios privados hay más libertad.
Limpieza: igual que para ponernos las manos en la boca nos las lavamos antes, si queremos tocar los genitales es importante tener las manos limpias.
Acompañamiento: Como madres y padres seremos sus referentes sexuales ( y de muchísimas otras cosas). Tal y cómo vivamos nuestra sexualidad ellxs la imitarán en un futuro. Por eso es importante dedicar un espacio a la reflexión, experimentación y sanación de nuestra propia sexualidad. Así podremos acompañar la sexualidad de nuestrxs hijxs desde el juego, el placer y la alegría.
Y por último, ¡nombra sus genitales! igual que hablas de sus orejas y su pelo, nómbrale el clítoris, la vagina, la vulva, el ano, el pene, los testículos, … nombrar es el primer paso para que algo exista.
¿Que más dudas o inquietudes os salen?