En las diferentes culturas y épocas la sexualidad femenina ha sido castrada.
A nuestra mente seguramente viene la mutilación genital femenina aplicada en muchos países, pero hay también otro tipo de mutilación, el silencio.
El silencio, la no educación, la negación.
Está tan arraigada a nuestra cultura, a nuestro día a día que es invisible para nuestros ojos, y eso la hace muy poderosa.
¿Cuántas de nosotras desconocemos cuántos agujeros tenemos concretamente entre las piernas?
¿A cuántas de nosotras nadie nos contó acerca de la vagina, este maravilloso músculo capaz de contraerse y relajarse a voluntad, capaz de dar a luz a un bebé?
¿A cuántas de nosotras nadie nos contó que la vulva es capaz de hincharse cuando esta excitada, que hay el flujo vaginal que la protege y la mantiene hidratada igual que la saliva a nuestra boca?
¿A cuántas de nosotras nadie nos contó que el clítoris es el único órgano creado sólo para dar placer, sólo para nuestro disfrute y gozo?
¿A cuántas de nosotras nadie nos contó que nuestro útero late igual que el corazón, que se mueve dentro de nosotras, que se agranda y se encoje, que cuando empezamos a menstruar nos volvemos cíclicas, viviendo cada mes cuatro fases, cuatro estaciones, igual que la Luna, igual que la naturaleza, danzando las estaciones de la vida mes a mes?
¿A cuántas de nosotras nadie nos contó que gracias a nuestra menstruación y nuestro ciclo menstrual vive el ser humano, que somos fértiles, que somos creativas y poderosas?
¿A cuántas de nosotras sólo nos dijeron que nos pusiéramos esa compresa o tampón, alejándonos de la gran sabiduría y conexión con nosotras mismas que el ciclo menstrual nos brinda?
¿A cuántas de nosotras nadie nos habló de la maravilla de la sexualidad, de la dulzura, de las caricias, de los besos, de ese sentimiento de conexión tan profundo, …?
¿Y a cuántas de nosotras nos adentramos en un viaje de experimentación sexual sin confianza, sin conocimiento, frágiles delante tanta novedad y tantas emociones, tanta necesidad de conexión y sin respetarnos. Sintiéndonos solas delante tal reto?
Es hora de terminar con esta castración de la sexualidad, hablemos, abramos espacios de diálogo, acompañemos a nuestras hijas en este maravilloso camino de conocimiento e investigación del cuerpo, démosles la oportunidad de adueñarse de su cuerpo, de su placer y, con esa autoestima y confianza en sí mismas, adentrarse en la sexualidad cuando sean jóvenes. En nuestras manos esta el cambio.
Por Carla Trepat, investigadora de la sabiduría femenina. Autora de “El tesoro de Lilith, un cuento sobre la sexualidad, el placer y el ciclo menstrual” y madre de una hija.
Haces un trabajo hermoso, que entre todas debemos expandir. En mi primer orgasmo en pareja sentí mucha vergüenza, pensé que acababa de orinar. Nunca nadie me explicó que eso era normal. Es muy necesario conocer nuestros cuerpos y compartir nuestra naturaleza con hombres, mujeres, niñas y niños. Ocultar conocimiento es perpetuar el sufrimiento. Gràcies Carla!
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❤ ❤ ❤
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Hola c:
Mi vida sexual a penas está comenzando y saber todo esto me ayuda mucho para conocerme mejor
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Gracias a vos he descubierto este nuevo mundo, después de 36 años!!! Para transmitir esta nueva energía y sabiduría a mi hija!
Mil Gracias!!
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¡¡Me alegro Paula!! Y feliz que ahora tu hija crezca acompañada de tu sabiduría femenina, segura marcará un gran cambio en su vida, Te mando un fuerte abrazo!!
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En la CULTURA POLINESIA ANCESTRAL se les habla a las niñas, púberes y adolescentes de todos estos temas. Gracias por sacar a luz estos aspectos que muchas mujeres prefieren OCULTAR !
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Hola Flora, gracias por comentarmelo, no lo sabía, investigaré, seguro es muy interesante!
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